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Reviviendo el Esplendor Romano: Lecciones Olvidadas de la Domus para una Vida Mejor

Los ciudadanos más ricos de la antigua Roma daban a sus casas una serie de características perfectas para regular naturalmente la temperatura, aprovechar al máximo los recursos y crear momentos de auténtica felicidad. ¿Podríamos replicarlas en casa?

30 de abril de 2024

Autor: Daniel Hidalgo

La domus romana ofrecía una serie de características avanzadas para su época que podríamos aprender a replicar para mejorar nuestra calidad de vida en la actualidad. Estos son algunos aspectos destacados:

  • Recogida de aguas de lluvia: Las domus romanas recogían el agua de lluvia a través de un sistema ingenioso que incluía un impluvium, un estanque en el patio interior, y una cisterna subterránea. Esta agua no solo se utilizaba para las necesidades básicas, sino que también contribuía a refrescar y decorar la vivienda.
  • Patios interiores: Al igual que en las casas tradicionales de Marruecos y Andalucía, las domus romanas estaban diseñadas en torno a un patio interior, lo que ayudaba a mantener la frescura del ambiente, especialmente cuando estaban equipados con agua, fuentes y vegetación.
  • Estancias para el verano y el invierno: Los romanos ricos tenían habitaciones diseñadas específicamente para el verano y el invierno, orientadas de manera que aprovechaban o evitaban la luz solar según la temporada. Este diseño permitía disfrutar de espacios cómodos en todas las estaciones del año.
  • Sistema de calefacción similar al suelo radiante: Las domus más lujosas contaban con un sistema de calefacción sofisticado que utilizaba hornos de leña construidos bajo la vivienda. Este calor se distribuía por el suelo y las paredes, proporcionando un ambiente cálido y confortable en el interior.
  • Arte decorativo: Las domus romanas estaban ricamente decoradas con frescos y mosaicos que no solo añadían belleza al espacio, sino que también estimulaban conversaciones e inspiraban reflexiones. Estas obras de arte contribuían a crear un ambiente de elegancia y sofisticación durante las reuniones sociales.

En resumen, la domus romana ofrecía lecciones valiosas sobre cómo aprovechar los recursos naturales, diseñar espacios funcionales y estéticamente agradables, y crear ambientes acogedores que promuevan el bienestar y la felicidad de sus habitantes. Estos principios podrían aplicarse en la actualidad para mejorar la calidad de vida en nuestras propias viviendas.